Satiriasis y Ninfomanía
Hoy os quiero hablar sobre un concepto que ha dado mucho de qué hablar y que todavía se sigue utilizando mal, aunque los expertos ya lo han explicado.
Me refiero a los términos antiguos de satiriasis y ninfomanía, que antes se usaban para describir un deseo sexual excesivo en hombres y mujeres. Estos conceptos venían cargados de juicios morales estigmas que, a día de hoy, ya están cambiando.
Hoy en día hablamos de hipersexualidad, un término más neutral que solo se considera un problema cuando el deseo afecta tu vida diaria, tus relaciones o tu trabajo. No es cuestión de cuánto desees, sino de cómo afecta a tu bienestar. El deseo sexual no tiene una fórmula fija; es diferente para cada persona y cambia a lo largo de la vida.
Lo que antes se veía como excesivo, hoy entendemos que puede ser completamente normal, siempre y cuando, repito, no interfiera en tu vida. Ahora, ¿Cuándo realmente podemos hablar de un problema? Pues cuando ese deseo sexual se convierte en una compulsión, es decir, cuando ya no puedes controlarlo y empieza a afectar diferentes áreas de tu vida.
Síntomas de hipersexualidad
Algunos signos de que algo no va bien, de que hay un desorden en ese deseo sexual, pueden ser cuando dedicas mucho tiempo a tus fantasías o a tus impulsos sexuales, lo que hace que no puedas cumplir con tus responsabilidades, o cuando sientes culpa o ansiedad al dar gusto a tus propios deseos. Incluso cuando empieza a afectar tus problemas financieros o legales.
Es importante estar atentos a estas señales, porque cuando se llega a ese punto estamos hablando de una hipersexualidad que necesita atención, que necesita ayuda. El tratamiento no busca eliminar el deseo, sino ayudar a la persona a recuperar el control de su vida y mantener sus impulsos de manera saludable. También se suele acompañar de tratamiento para otros temas como puede ser la ansiedad, la depresión o el estrés, que muchas veces están relacionados.
Equilibrio
Fíjate que también, el inicio o el final de una relación de pareja puede producir hipersexualidad. La clave es encontrar el equilibrio y entender cuándo el deseo sexual es natural y cuándo comienza a generar conflictos en tu vida diaria.
Debemos reflexionar y saber en qué punto nos encontramos, sin temor a reconocer que tenemos una adicción o problema.